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Animales carnívoros: Características, fisiología y ejemplos

Animales carnívoros
Luigi Morbidelli/sp.depositphotos.com

Los animales carnívoros constituyen un grupo de organismos de grupos taxonómicos variados que se caracterizan por el consumo de carne. Generalmente se alimentan principalmente de animales herbívoros (ver este tipo de organismos), en el caso de los mamíferos, serpientes y aves rapaces.

Los animales carnívoros, con sus excepciones, tienen una alimentación discreta. Esto quiere decir que no necesitan alimentarse continuamente como los animales herbívoros, y por lo tanto dedican gran parte del tiempo en otras actividades que no son alimenticias (descanso, movilización, entre otras).

Muchas especies de animales carnívoros se encuentran en peligro de extinción debido a la disminución de la calidad de sus hábitats y a la disminución poblacional de sus presas, producto de las actividades humanas. Además, diversas especies de mamíferos y otros animales carnívoros, se encuentran sometidos a presiones de caza significativas.

Características de los Animales carnívoros

En general, los animales carnívoros están bien equipados morfológicamente para atrapar a sus presas, esto incluye dientes afilados, garras, extremidades fuertes, picos especializados, toxinas entre otros. Además de esto, cuentan con estrategias sigilosas de búsqueda y localización de sus presas, ampliamente variadas dentro de esta categoría trófica.

Los animales carnívoros, también cuentan con sentidos desarrollados incluyéndose la vista, el olfato, el oído, el tacto y el gusto. Depredadores como las águilas cuentan con una excelente visión, felinos como el serval africano presentan un oído sensible al igual que las lechuzas y búhos, las serpientes tienen un olfato preciso apoyado en muchos casos por órganos termo-receptores. De forma similar, los tiburones tienen un gran olfato logrando detectar pequeñas cantidades de sangre a grandes distancias.

Dentro de los animales carnívoros, también son incluidos animales carroñeros como buitres y hienas, ya que solo son capaces de sobrevivir con material cárnico, aprovechando entonces los desperdicios de otros depredadores y animales muertos naturalmente. Muchos de estos animales carroñeros también son capaces de cazar y someter presas, aunque no estén del todo adaptados para la cacería, constituyendo entonces animales depredadores oportunistas.

Aparato digestivo y fisiología de los animales carnívoros

En el caso de los mamíferos, los animales carnívoros en contraste con los herbívoros que presentan un intestino largo para poder extraer el máximo de nutrientes posible de su alimento, poseen un intestino corto y el ciego es pequeño o está ausente. La digestión de la proteína consumida suele ser rápida en la mayoría de los casos.

El hecho de contar, en la mayoría de los casos, con una dentición fuerte con colmillos, molares carniceros, entre otros, además de una mordida poderosa, permiten segmentar la carne y procesarla de manera más rápida y eficiente que los animales herbívoros. A pesar de esto, se ha calculado que solo extraen el 10% de la energía acumulada en los niveles tróficos donde se encuentran sus presas.

Algunos mamíferos carnívoros, como los cánidos y félidos, presentan cuatro pares de glándulas salivales que les permite lubrificar el alimento durante la deglución, y estas carecen de la enzima β-amilasa que se encuentra relacionada con el comienzo de la degradación del almidón. Entre las enzimas digestivas más importante del estómago de los carnívoros, se encuentra la pepsina, la cual se encarga de digerir las proteínas de origen cárnico, convirtiéndolas en péptidos. En el páncreas se completa la absorción de las proteínas, una vez que estas han sido transformadas en péptidos y aminoácidos por la acción de enzimas pancreáticas como tripsina, quimiotripsina, elastasa y carboxipeptidasa. Los lípidos son degradados por lipasas del estómago y el páncreas.

En el caso de los peces carnívoros, la forma de la boca indica el tipo de presa que consumen estos animales. Por ejemplo, los peces con la boca dirigida hacia arriba, se alimentan de insectos y presas que flotan en la superficie, mientras que otros depredadores, como los tiburones, poseen mandíbulas fuertes dirigidas hacia adelante, con dientes muy filosos que les permite desagarrar a sus presas para ser engullidas fácilmente.

La mayoría de reptiles son esencialmente carnívoros. Estos animales también poseen fuertes mandíbulas en relación con sus cuerpos y, en general, engullen a sus presas enteras, de manera que al llegar al esófago y estómago, mueren por la acción de los jugos gástricos. Las serpientes, son de los pocos reptiles que matan a sus presas antes de ingerirlas; la mayoría mata por constricción y muchas otras por la acción de veneno paralizante.

Posición trófica y función de los animales carnívoros

Los animales carnívoros generalmente se ubican en niveles tróficos elevados. Esto quiere decir que constituyen consumidores secundarios en la mayoría de los ecosistemas. Estos animales consumirán principalmente animales herbívoros o consumidores primarios, tal y como ocurre en las sabanas africanas, donde félidos como los leones se alimentan de mamíferos como las cebras, gacelas y búfalos. Por otro lado, en cadenas tróficas más complejas, como ocurre en algunos ecosistemas marinos, existen animales carnívoros de tercer y cuarto nivel. Un ejemplo de ello ocurre en la Antártida donde los pingüinos (consumidores secundarios) se alimentan de peces (consumidores primarios), a su vez los leopardos marinos pueden consumir pingüinos y peces y las orcas como consumidores de cuarto nivel se alimentan de leopardos marinos.

La función de los animales carnívoros en la naturaleza es muy clara y notoria, la actividad de estos organismos permite regular las poblaciones de muchas especies animales. Un ejemplo de esto lo constituyen las aves rapaces especializadas como búhos y lechuzas, algunos felinos y cánidos que se encargan de regular las poblaciones de roedores. Al no existir animales depredadores, las poblaciones de roedores aumentarían en gran medida lo que a menudo causa grandes problemas en las actividades agrícolas del hombre así como propagación de enfermedades.

Animales carnívoros especializados

Muchos animales carnívoros se encuentran especializados, es decir, sólo consumen un tipo de presa, por ejemplo, animales de cuerpo blando como invertebrados, dentro de los cuales se encuentran moluscos, artrópodos, anélidos, entre otros. Los vertebrados e invertebrados que se especializan en consumir artrópodos, se conocen, de manera muy vaga, como animales insectívoros. Estos animales incluyen mamíferos del orden insectívora, chirópteros y edentados. Por otro lado, también se incluyen la mayoría de las especies de anfibios y gran parte de las especies de reptiles y aves, así como arácnidos y miriápodos (ciempiés y milpiés) que se alimentan de insectos y otros artrópodos.

Asimismo, los animales malacófagos son carnívoros especializados en el grupo de moluscos. Algunos dípteros de la familia Sciomyzidae se consideran malacófagos, mientras que en vertebrados se conocen diversos peces especializados en pequeños moluscos. La especie de serpiente Sibon nebulatus se especializa en consumir babosa y algunos caracoles terrestres como ítem principal en su dieta.

Otro tipo de especialidad común, dentro de los carnívoros, son los animales piscívoros, que consumen principalmente distintos tipos de peces. Muchas especies de murciélagos y aves se especializan en estos ítems, al igual que algunos mamíferos marinos como delfines y focas.

Algunos animales carnívoros se consideran hipercarnívoros, pues más del 70% de su dieta se constituye de ítems de origen animal. En contraste, en animales hipocarnívoros, menos del 30% de la dieta se compone de proteína animal, y son generalmente carnívoros oportunistas como es el caso de algunos roedores.

Ejemplos de animales carnívoros

Los animales carnívoros son numerosos y bastante diversos, tanto invertebrados como vertebrados. Ocupan prácticamente todos los ecosistemas terrestres incluyendo océanos, bosques, selvas e incluso el aire. Algunos de estos animales son depredadores voraces que se encuentran en la cúspide de algunas cadenas tróficas.

Depredadores oceánicos

Los ambientes acuáticos resguardan animales carnívoros que representan algunos de los depredadores más importantes del planeta, como los tiburones y orcas. Estos animales se consideran carnívoros estrictos, pues su única fuente alimenticia es de origen animal. Por otro lado, encontramos algunos animales piscívoros como los delfines y pingüinos.

Depredadores terrestres

Los animales carnívoros terrestres constituyen los grupos de animales que más atención han adquirido por parte del hombre. Estos animales ocupan los niveles más altos de las cadenas tróficas y tienen importancia ecológica como controladores de poblaciones de diversos vertebrados.

Entre los depredadores terrestres más representativos se encuentran algunos cánidos como los lobos, que son carnívoros estrictos y se alimentan de vertebrados de diversos tamaños, como conejos, venados e incluso grandes rumiantes como búfalos. Los leones, tigres y jaguares, representantes de la familia Felidae, se consideran también animales carnívoros estrictos, ya que su principal fuente de alimentación proviene de consumidores primarios que habitan en las sabanas y ambientes selváticos tropicales. Otros felinos salvajes de pequeño tamaño incluyen una gran variedad de roedores, anfibios, reptiles e incluso pequeños invertebrados en su dieta.

Entre otros mamíferos terrestres depredadores se encuentran algunos mustélidos como hurones y comadrejas, que se alimentan de diversas presas como vertebrados pequeños y algunos artrópodos. Además, la mayoría de reptiles terrestres son depredadores de una amplia variedad de presas. Entre los reptiles depredadores más conocidos se encuentran las serpientes y algunos grandes lagartos como varanos y aligátores como cocodrilos y caimanes.

Depredadores aéreos

En el aire también encontramos animales carnívoros, que resultan algunos de los depredadores más eficaces, como es el caso de las aves rapaces, que pueden cazar animales en vuelo, como los halcones peregrinos, que se alimentan de otras aves. Muchas águilas cazan pequeños y medianos mamíferos como roedores y conejos y algunos reptiles, visualizándolos desde el aire y embistiéndolos rápidamente. Otras rapaces, como las águilas calvas, se especializan principalmente en depredar peces.

Entre las aves, también encontramos depredadores nocturnos como las lechuzas y búhos que se alimentan de pequeños vertebrados, principalmente roedores y lagartijas. En los depredadores aéreos se pueden incluir, además, a los murciélagos (dentro de los cuales se encuentran principalmente insectívoros y piscívoros) y algunos hipocarnívoros que basan sus dietas principalmente en frutas y, en algunas ocasiones, son capaces de cazar pequeños vertebrados.

Referencias

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  4. Miller, S. A., & Harley, J. P. (2002). Zoology. McGraw-Hill.
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